Patología: Te agarró la “Grindr”

Cuando cae la noche, aumenta la ansiedad. Empeora cuando quedo solo en la casa y no hay absolutamente nada que hacer.

Empiezo a sentir un vacío en el centro de mi abdomen, crece el calor de mi cuerpo y anhelo sentimientos que aún no he experimentado, es como si necesitara de algo o de alguien.

“Estás bien”- me digo a mí mismo mientras abro la Grindr App, que viene siendo la aplicación de citas gay más conocida del mundo.

“Sólo la usaré un rato”- ¿Por qué me miento de esta manera?

Estoy convencido que no encontraré el amor en una aplicación que agrupa a todos los hombres de mi zona como un catálogo:
-Este tiene lindos ojos (Le escribo)
-Este tiene buen abdomen (Tap de fuego)
-Este ni siquiera me gusta y puede ser que sea un hombre mayor y casado pero aún así le escribo porque un poco de atención no estaría demás de vez en cuando.

Casi todos, sino todos, se inventan un personaje de exagerados atributos, conductas homofobicas y hasta discriminatorias, podemos apreciar en sus biografías comentarios como:
-Me gustan blancos
-No gordos
-No flacos.

Es la esencia del homosexual moderno solapar su complejo de inferioridad con uno de superioridad -Pienso mientras elimino la aplicación. Merezco algo mejor. Sin embargo vuelvo a instalarla un par de días despues porque en mi cuarto solo puedo sentir la compañía del frío y el roce de las sábanas; los hombres que he conocido en persona han resultado unos completo idiotas y de alguna forma no quiero sentirme aislado, quiero sentirme deseado, querido. Aún si es de forma virtual.

Lo que comienza siendo un rato de ocio termina convirtiéndose en una obsesión de horas. Cada vez que alguien me escribe solo me hace feliz pero al mismo tiempo me siento tan… Solo.

-Entre los gays es muy difícil encontrar a alguien que valga la pena. Le comento a mi compañero de residencia.

-Sólo buscan sexo, como animales. No les interesa conocerte en realidad, no hay roces, no hay miradas, solo el deseo de la carne que termina por aumentar el vacío dentro de nosotros. Me responde.

Tiene razón.

Pero no quiero dejar de creer en el amor.

Me rehúso a convertirme en uno más pero es tan difícil.

Mis amigos gays me recomendarian, en su mayoría, que folle sin pensar, como si todos hubiesen recibido el mensaje de cómo hacerlo y yo no.

Otros dirían que esa necesidad que siento acabaría si me masturbo y lo hago.
Una…
Dos…
Tres…
Muchas veces… pero sigo igual.
¿Tan vacía es la existencia de nosotros los hombres que sólo vivimos para el placer temporal?
En mis profundos pensamientos, sueño con desinstalar la aplicación y conocer al hombre de mi vida. Sentir que no es sólo sexo, que hay una verdadera conexión, como si estar con él fuese lo más parecido a alcanzar el nirvana. Sueño con mirar a estos chicos de Grinder como realmente son, porque detrás de esta máscara amarilla que nos introduce a la soledad, existen personas que sufren, que quieren amor de verdad.

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